Una exposición centrada en el sonido es, a su vez, una de las formas más eficaces de devolverle importancia a lo sonoro y, también, a los distintos modos de articular y pensar lo musical. En una época dominada por sonoridades estandarizadas y domesticadas por los medios de comunicación, las voces agudas de las cantoras de harawis o los sonidos no temperados de la chirimía devienen en confrontación directa con nuestra diversidad. Más aún, una exposición que propone colocar en primer plano al sonido es también una forma de extraer al visitante del lugar hegemónico que suele otorgarse a la visión y a la palabraimpresa. Las ciencias sociales hace mucho que describen con términos como visibilidad o invisibilización lo que muchas veces equivale, sobre todo, a procesos de validación de ciertas voces, o de su silenciamiento. Esta exposición nos invita a escuchar, a reflexionar sobre lo oído y a reconocer las numerosas voces de las que estamos conformados como sociedad.
De manera que, sin poder agotarlas todas, concurren en esta primera exposición sonora seis voces que usan los materiales de las colecciones conservadas por el IDE para dar cuenta de diversas dimensiones del fenómeno y la investigación musical.
Las seis muestras, también denominadas voces sonoras, son:
Esta selección muestra tanto la diversidad y riqueza del acervo e investigación del IDE como la trascendencia de una mirada analítica de nuestra sociedad desde sus prácticas para con la música y sus cultores.