La investigación presentada aquí propone una nueva lectura de esta época, poniendo en evidencia las estrechas relaciones entre el vals y los habitantes de la ciudad. Con una serie de objetos musicales el autor reconstruye una memoria distantes. Los discos de 78 rpm y las partituras vuelven a dar vida a melodías y canciones hoy en gran parte olvidadas. Pero, sin duda alguna, son los cancioneros que circulaban en las carpas populares los que permiten entender la importancia del vals en la sociedad limeña. Cada semana, durante décadas, cantidades de canciones, en su mayoría anónimas, cantaban al amor, a sus felicidades y a sus tormentos. Pero relataban también en sus versos las crisis sociales y políticas, los cambios urbanos y la irrupción de la modernidad tecnológica, la importancia de las corridas de toros, los asaltos de bandoleros, los duelos entre maleantes.